Autoestima

La autoestima es el concepto que tenemos de nuestra capacidad y valía personal, implica querernos tal y como somos, aceptando nuestros logros y limitaciones.

En la infancia y adolescencia, la autoestima se traduce en una sensación de sentirse queridos por los demás, de sentir que somos importantes para alguien. Ese sentimiento debe partir del núcleo familiar, por lo que la aprobación del adulto y, especialmente la de sus padres, es esencial para que el niño desarrolle una adecuada autoestima, aprendiendo a dar importancia a sus progresos y a tolerar sus errores.

La autoestima va desarrollándose a lo largo de todo el ciclo vital, siendo la infancia y la adolescencia etapas cruciales para ello. Sin embargo, no es algo solo ligado a la etapa del desarrollo, sino que es el factor más importante que nos impulsa a avanzar en todos los aspectos de nuestra existencia. Una elevada autoestima aumenta el bienestar psicológico y aporta equilibrio emocional, pues posibilitará que afrontemos cualquier reto con mayor facilidad, ya que nos sentimos preparados para ello.

Nosotros, como padres, podemos contribuir, a través de la afectividad, del desarrollo de la autonomía, de nuestro estilo educativo, a que nuestros hijos tengan un nivel de autoestima satisfactorio.

 

 

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